La autoplastia o cirugía de
orejas se maneja normalmente para corregir las orejas marcadas u orejas de
soplillo. Tanto en los niños como la adolescencia son etapas maravillosas de la
vida, pero también son periodos cruciales en los que se forja el carácter y se
producen muchos complejos. Uno de los problemas estéticos más frecuentes son
las orejas que quedan despegadas, que
entre otras alteraciones suele provocar dificultades en las relaciones sociales
con las personas.
Gracias a la cirugía estética de
las orejas u autoplastia, que es una de la pocas intervenciones que se lleva a
cabo en adolescentes y personas más adultos, se puede solucionar este problema
estético con una sencilla operación con la que se corrige la alteración en la
posición y forma de las orejas que no te gusta.
En la mayor parte de las
ocasiones, la autoplastia se realiza mediante un corte en la parte posterior de
las orejas, por lo que tras una autoplastia no quedan cicatrices muy visibles.
A partir de esta incisión se realiza la remodelación de parte del cartílago
haciendo que se pliegue en los puntos adecuados y se reduzca así la profundidad
de la actual concha, pero siempre con el objetivo de dar un aspecto lo más
natural posible que existe.
La cirugía de orejas se suele
realizar con anestesia bastante local, siempre en un quirófano de calidad con
todas las garantías que necesitas, pero
no siendo indispensable permanecer tanto tiempo ingresado en la clínica. La
duración aproximada de la autoplastia se sitúa entre hora y media a tres horas,
dependiendo del caso a tratar.
Las intervenciones más frecuentes
para conseguir mejorar las orejas prominentes "de soplillo" o la
cirugía en oreja contraída o en copa.
Hay una clínica de estética en Chamberi, que te ayudara a solventar este problema.
Con carácter más genético, es
decir, existen posibilidades de transmisión de padres a hijos, las orejas
salientes son de fácil solución a través de una cirugía más rápida, segura e
más ingeniosa.
El diagnóstico es hecho
rápidamente por el pediatra y padres, que observan que las orejas del niño se
proyectan muy marcadamente hacia fuera de la cabeza. Este primer diagnóstico es
temporal, pues existe posibilidad de que se recupere la forma adecuada en los
primeros años de vida.
Lo ideal es realizar la cirugía
cuando las orejas han alcanzado el desarrollo
más definitivo, entre los siete y nueve años, pero no siempre es
conveniente esperar mucho tiempo.
Las consecuencias y repercusiones pueden ser
más desfavorables que el hecho de anticipar algo la cirugía, a los 3 años de
edad se ha producido un 85% del desarrollo de las orejas). Esta valoración ha
de hacerse entre el niño, los padres y el cirujano.
Hoy, son muchas las personas que
deciden coger como opción el quirófano para
retocarse las orejas. De hecho, la autoplastia ocupa el último puesto entre las
intervenciones de cirugía estética que más se realizan, según el Estudio Global
de Procedimientos de Cirugía Estética y Cosmética elaborado por la Sociedad
Internacional de Cirugía Plástica Estética.
Este trabajo refleja que en 2011
se sometieron a esta intervención 167.772 personas en total.
El futbolista galés Gareth Bale,
uno de los fichajes de la historia del
fútbol, también se ha sometido a una autoplastia.
Según publicaba el diario inglés
el pasado verano, mientras muchos de sus compañeros se relajaban en Dubai o acudían a fiestas por
la costa azul francesa, el centrocampista se registraba en la clínica británica
de un reputado cirujano plástico conocido.
Pero el conocido futbolista no ha
sido ni mucho menos el único personaje famoso conocido en tomar tal decisión
tan pesado. Como publicaba en un periódico de mejicano en su edición digital.
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